domingo, 11 de septiembre de 2011

Obsesión

Y de repente él la sorprendió por detrás. Ella no sabía quien era y comenzó a gritar. Él más sádico que nunca le tapó su pequeña boca sometiendola a su voluntad.

"¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?" Alcanzó a decir antes de que todo se volviera oscuridad.

Todo estaba preparado para la tortura definitiva. Sus correspondientes artilugios ordenados según el grado de dolor inflingido. Y esa cabina asfixiante donde la metió y observaba con fascinante devoción y grandes dosis de inmoralidad. Había sido pasto de su obsesión perversa durante semanas y el momento cumbre se acercaba.

"Te voy a llevar a un millar de sucios caminos donde expresar mi alemana infancia", pensó él mientras tocaba una y otra vez a su frágil víctima adormecida por el golpe.

De repente, ella abrió los ojos y sólo alcanzó a escuchar una perversa y lasciva voz que susurraba: " Estos ojos horribles quieren verte berrear..."

No hay comentarios: